"Entrevista a Vincent Pelletier, AIDES/ Coalition PLUS"

Entrevista a Vicent Pelletier, AIDES/ Coalition PLUS

Residencia de Arte Positiva, el Cuerpo VIH

Por Joseph Mejía, PonteOnce.org

 

Vincent Pelletier, director de la Coalition Internationale Sida PLUS y de la organización francesa AIDES, ambas de lucha contra el VIH, visitó Ecuador para una conferencia sobre la Prevención Combinada del VIH en el marco de la Residencia de Arte Positiva, el Cuerpo VIH, así como para fortalecer a los órganos de decisión política del país con su experiencia. PonteOnce.org estuvo ahí y lo entrevistamos. Pelletier nos cuenta sobre los tres momentos de la epidemia del VIH, sobre las poblaciones con las que trabajar, las distintas estrategias de prevención, los nuevos retos para disminuir la epidemia, y el papel que ahora tiene la profilaxis pre-exposición, PrEP.

Vincent, propones que hay tres momentos de la epidemia del VIH-Sida, ¿cuáles serían esos tres momentos?

El primer momento es el del acompañamiento a la muerte, que va desde el surgimiento de la epidemia en 1980 hasta 1996. Digo 1996 porque es la fecha en que aparecen los tratamientos en el mundo y eso cambia todo. Esto no quiere decir que ahora nadie muera de VIH, significa es que si el tratamiento es consumido apropiadamente, se puede vivir.

El segundo momento es el del acompañamiento a la vida, vivir con VIH, que va de 1996 hasta el 2008, y va hasta esta fecha porque en ese año hay una investigación que muestra que con el uso del tratamiento, y llegando a una carga viral de menos de 20 copias, no se transmite el VIH. Eso cambia todo porque, para esta época, comprendimos que podemos bajar o disminuir la epidemia efectivamente. Hasta el año 2008 estábamos siguiendo la epidemia pero con cualquier cosa que hacíamos, esta seguía aumentando.

Pero para después del 2008, vemos que podemos disminuir o bajar la incidencia del VIH gracias al tratamiento. Esto hace que desde 2008 hasta la actualidad vivamos en la tercera etapa: cómo parar la epidemia. Todo lo ocurrido cambia lo que hacíamos antes, lo que no significa que se deje de brindar ayuda a las personas que viven con VIH, tampoco significa que vayamos a dejar la prevención básica; lo que significa es que debemos concentrar los esfuerzos y los recursos en proyectos y/o acciones que van a parar la epidemia.

Nos informabas que en torno a la epidemia del VIH existen tres grupos poblaciones a trabajar, ¿Cuáles serían esas poblaciones?

Existen tres poblaciones, la población general de un país, donde están los niños, niñas, jóvenes, adultos, etc., y dentro de la población general está la población vulnerable. De hecho, las mujeres son una población vulnerable, hay una razón biológica para ello y es que la vagina o el ano de la mujer son receptores del semen del hombre y esto genera más riesgo, ya que los estudios han demostrado que quien es el receptor está en mayor situación de riesgo. Es por esto que dentro de la población viviendo con VIH más del 50% son mujeres. Existen otras razones de orden más cultural que constituyen a las mujeres como población vulnerable, por ejemplo, que casi siempre ellas tienen sexo con su pareja sin condón y es difícil culturalmente que el hombre acceda a usar condón con su esposa. Es por eso que en la lucha la posición de las mujeres ha sido más de víctima, no ha sido la misma que la de los hombres quienes han tenido más un sentido de culpa.

Debe decirse que, la posición de víctima es más fácil convertirla a un posición de activismo, el lugar de la vergüenza que es en la que se encuentra el hombre es más difícil y por eso en la lucha tenemos menos hombres heterosexuales. Esto es porque si un heterosexual es VIH-positivo estará asociado a estereotipos como que es consumidor de drogas o es homosexual, prácticas que no son aceptadas socialmente. Esto no ocurre  para los homosexuales primero porque hay tanta población homosexual con VIH que no genera vergüenza.

Ahora bien, dentro de la población vulnerable, hay poblaciones claves como lo define ONU-Sida, dentro de esta población está la que pasa de una población a otra el VIH y aquí, en Ecuador, la población homosexual es una población clave. Por ejemplo, en algunos países donde la homosexualidad no es permitida o no es socialmente aceptada, muchos sujetos homosexuales tienen mujeres e hijos, reconozcan o no sus prácticas de sexo entre hombres. Estos homosexuales pueden tener muchas relaciones sexuales y estas, con una prevalencia alta, dentro de esta población vulnerable[1]. Por eso es que se considera que el VIH circula en índices altos en la población homosexual, y se puede transmitir fácilmente a otras poblaciones. Es por ello, además, que esta es una población en donde se necesita concentrar los esfuerzos y los recursos para disminuir la epidemia.

¿Existe diferencia entre prevención y tratamiento?

Para mí no existe esta diferencia, tratamiento también es prevención: tratar todas las personas con VIH es también una forma de parar la epidemia. Si se trata a todo el mundo, sin distinción de hombres o mujeres, también es prevención. Ahora bien, debe decirse que la prevención del comportamiento o patrones socioculturales no funciona. Sabemos hace 30 años -desde que conocemos el VIH-, que no funciona el cambio de las prácticas culturales. No funciona que digamos “póngase el preservativo” y que la gente lo use, no funciona así. Por ejemplo, para conducir está claro que se tiene que poner el cinturón de seguridad para protegerse, está claro que es para protegerse, pero la gente lo utiliza no “para protegerse”, sino para que no les pongan la multa o la sanción. Es lo mismo con el condón, no podemos poner un policía en cada cama, saber que este le va a protegerse no es suficiente, una mujer puede pedirle a su marido que use un condón, pero sabemos que eso no va a ocurrir. Sabemos que él lo usaría si supiera que es positivo, porque sabemos que nadie quiere transmitir el VIH. Sabemos que la mayoría de transmisiones se dan en poblaciones y personas que no saben que son VIH-positivos.  De otro lado, tampoco va a ocurrir que un hombre que tiene sexo con hombres va a llegar a casa a decirle a su mujer que folló con un hombre hace dos horas y que va a ponerse un preservativo. Sabemos que si el usa preservativo es porque está teniendo relaciones afuera. Por  ello, uno de los retos es el que todo el mundo sepa su estado serológico. En promedio entre la adquisición del virus y la detección por parte del sujeto pasan alrededor de 18 meses, necesitamos que esto llegue al menos a tres meses.

Uno de los nuevos retos que estableces para contrarrestar el VIH es el trabajo comunitario y un sentido alternativo de política pública, ¿podrías explicarnos sobre esto?

La movilización se hace con la cólera, y hay que transformar la cólera personal en una colectiva, porque cuando es un grupo en general el que posiciona el discurso del VIH como algo prioritario, esto tiene mayor acogida. Es por ello que el disminuir la epidemia no sucede porque alguien, una persona lo dice, sino porque el grupo o el colectivo lo dice. Para que esto suceda hay que fortalecer el grupo, y construir la comunidad. Esto pasa por tareas como: Un reforzamiento real de las capacidades de las personas que viven con VIH,  trabajar con las poblaciones estigmatizadas y pensar las implicaciones en salud pública de las personas que viven con VIH.

Una forma de fortalecer esta comunidad puede ser eventos como la Residencia de Arte Positiva (El Cuerpo VIH) que actualmente se realiza en Quito, Ecuador. ¿Qué te ha parecido este evento?

Es muy interesante, lo que he visto es un medio para transformar la cólera en actos y esto es lo que funciona para generar comunidad y para ser eficientes para disminuir el VIH. Por ejemplo, el performance de la camiseta “tengo VIH” y dar “abrazos” presentan experiencias muy interesantes de cómo reacciona la gente, de poder plantear cómo trabajar con la población, hasta cómo es ponerse la camiseta metafóricamente. El arte es un medio muy importante para la población porque funciona muy bien para llegar a distintas personas con distintas procedencias de clase, raza o sexo. Los artistas tienen  que ser vinculados a la lucha contra la epidemia.

¿Cuál es tu percepción ante la profilaxis pre exposición, Pr-EP?

Este es un punto muy importante para disminuir o parar la epidemia, porque si hubiésemos tenido hace 20 años una píldora para no contraer VIH, toda la gente la hubiese consumido. Lo diferente hoy, es que la visión de la epidemia ha cambiado y por eso ahora que tenemos una píldora que ayuda a no adquirir el VIH hay muchos debates y preguntas, porque es difícil cambiar los paradigmas de intervención. Es una píldora que consumida a diaria ayuda a no adquirir el VIH, es un método fácil. Una de las preguntas comunes es el precio, que varía de acuerdo a cada país, pero si lo ponemos es una balanza es muy eficiente para quienes no pueden o no quieren protegerse. El preservativo también funciona muy bien para los que no tiene mucho riesgo, pero para las poblaciones en situación de alto riesgo como la población homosexual o los trabajadores sexuales o la población Trans, sabemos que el preservativo no es suficiente, sabemos que pueden consumir la píldora, usar el preservativo o no y pueden no ser VIH positivo.

Esto es hablar de prevención combinada, es decir, no hay  una única manera de hacer prevención, puede ser abstinencia, puede ser fidelidad, puede ser la píldora, puede ser condones, o puede ser la circuición. Hay muchas maneras de disminuir el riesgo. No se trata de transmitir o no, se trata de cómo manejar el riesgo y tenemos muchas maneras de disminuir el riesgo. La píldora es una manera que funciona muy bien, pero no es la única, y puede funcionar para quienes no pueden o no quieren adquirir los otros métodos.

[1] Estudios demuestran que en la población gay la prevalencia es más del 10%, significa que de cada 100 hombres con el que se tienen sexo 10 podrían tener VIH.