"La higiene íntima masculina"

Tomado de http://sexualidad.doctissimo.es

La higiene íntima se ha convertido en el nuevo credo de los hombres modernos. «A veces demasiado», avisa la Dra. Marie-Claude Benattar, ginecóloga. Una mirada retrospectiva para comprender la base de la higiene masculina; entre refinamiento y virilidad, partiendo de las verdaderas exigencias del sexo.

Los hombres, nuevo objetivo de los publicistas, han mejorado mucho en lo que respecta a la higiene. ¡Los ha conquistado la fama de la pulcritud sin olores! Solo frente a ciertos excesos, la Dra. Marie-Claude Benattar, ginecóloga, da la voz de alarma. A la ducha matutina se puede añadir la de antes de mantener relaciones, e incluso la de después. Sin olvidar la del vestuario después de practicar un deporte. La tendencia es al sexo limpio, ¡tal vez demasiado! ¡Cuando la piel se agrieta, se enrojece o nos escuece, hay que empezar a plantearse algunos interrogantes!

Las claves de una buena higiene íntima masculina

La higiene es importante. «Para la ducha cotidiana, yo recomiendo utilizar un jabón suave en todo el cuerpo y sobre todo retirar con abundante agua los restos que puedan quedar», indica la Dra. Benattar. Insistir en las zonas pilosas sigue siendo prioritario, en particular en las axilas y el pubis… con mayor delicadeza en esta última, por supuesto.

¿Y qué hacemos con el pene? «Dejar caer el agua jabonosa sobre un sexo retraído resulta suficiente», añade la especialista. No sirve de nada ensañarse como si estuviera «sucio». Recordemos que la piel del pene es más fina que la del resto del cuerpo, ¡tenlo en cuenta! Otro detalle importante: hay que secarse bien, para evitar una humedad persistente en la zona.

El amor propio

Al profesar un verdadero culto a la higiene personal, nuestra sociedad anda al acecho de cualquier traza de olor y transpiración, consideradas muy molestas... Mientras que la fantasía de la bestia peluda en camiseta de tirantes y empapada en sudor encabeza siempre los sondeos femeninos, todos los hombres se dan una la ducha antes de pasar a la acción. Objetivo: oler bien. Tampoco vamos a quejarnos, ¡sobre todo si se es adepta al sexo oral! Sin embargo, «no hace falta estregarse como si se hubiera estado trabajando en el campo», sugiere la Dra. Benattar. Dejar correr el agua jabonosa basta para refrescar; el cuerpo y el ánimo.

Aceites de masaje, lubricantes e higiene íntima

Los juegos eróticos han diversificado las materias relacionadas con el sexo. La moda de los masajes eróticos para los preliminares se lleva la palma. «Hay que ser cuidadoso con todo lo que sea aceitoso y el sexo», aconseja la Dra. Benattar. Hay que adquirir productos concebidos a tal efecto, si se quieren evitar quemaduras o alergias. Si el pene está pegajoso, es imprescindible retirar los restos con un jabón suave. En cuanto a los lubricantes, las fórmulas suelen presentarse en gel y no son pegajosas para que se puedan retirar con facilidad. Basta con una simple ducha.

Hay quienes necesitan lavarse, especialmente «las partes íntimas», después de mantener relaciones. «Lo que pone de manifiesto que las ideas impuestas respecto al "sexo sucio" aún persisten», remarca la ginecóloga. La especialista es formal: después de haber mantenido relaciones sexuales, no es imperativo tomar una ducha. Motivos: en condiciones normales, el sexo de la mujer está cubierto de una flora equilibrada. Los lactobacilos que la componen impiden la proliferación de gérmenes patógenos al inhibir su crecimiento. No obstante, cuando se tiene la menstruación o se utilizan espermicidas, ¡ducharse es imperativo!

Signos de una higiene excesiva

Últimamente están apareciendo nuevas patologías causados por una higiene excesiva. Tomemos como ejemplo a un hombre activo sexualmente que práctica una actividad deportiva de forma regular: en esos casos no debe extrañarnos que se duche de 2 a 3 veces al día. En la misma línea están los nadadores, ¡que además añaden el factor cloro y un gran ímpetu a la hora de enjabonarse! Ahora bien, el cuerpo posee su propio sistema de autohigiene. Un exceso de agentes lavantes puede perturbar ese ecosistema y desembocar en un resultado opuesto al deseado, así como en la aparición de varios síntomas: «cortes, grietas, irritación crónica, enrojecimiento –derivado de la congestión de los vasos de la dermis–», enumera la Dra. ¿Qué nos aconseja? Desde que aparezcan los primeros síntomas, acude al médico y cuéntale cuáles son tus costumbres higiénicas… Un tratamiento, una crema hidratante y unas normas higiénicas adecuadas deberían bastar.

C. Maillard

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